Domination MX: el metal más vivo que nunca

Domination MX: el metal más vivo que nunca
Mariel Argüello

Quien diga que el metal ha muerto no sabe lo que está diciendo. Cuando uno entra a la larga caminata del Autódromo Hermanos Rodriguez, tanto el viernes como el sábado, uno se da cuenta de la energía y hermandad de la gente —y eso se agradece—; te percatas del entusiasmo en el rostro de señores grandes con sus hijos ¡y nietos! que van con sus playeras de Kiss, Black Sabbath, Death, Led Zeppelin, Slayer, Megadeth y Alice Cooper o de las parejas enfundadas en mucho cuero, estoperoles y tatuajes en su cuerpo, mientras observaban y se tomaban la foto en las portadas gigantes de los 25 mejores discos de heavy metal, que auspiciaba la revista Rolling Stone México. Todo eso reaviva la fe en el rock —con todo y que el mainstream nos quiera insistir de la supuesta crisis musical que está padeciendo—, esos dos días fueron prueba de que el metal sigue más vigente que nunca.

Siendo esta la primera edición del Domination MX, no decepcionó en lo más mínimo. El headbanging y los guitarrazos entre un escenario y otro estuvieron a tope a pesar de la lluvia mientras veíamos a Vince Neil el primer día y Apocalyptica en el segundo.

Vimos a más bandas que no teníamos el gusto de conocer, como Halestorm, Bloodbath, Unearth, Converge y Thrice, y nos reencontramos con viejos “conocidos” como Limp Bizkit —con todo y la cara pintada de “Space Ace” de Wes Borland rindiéndole homenaje a Kiss—, Meshuggah, RATTApocalyptica.

El plato fuerte eran Slash y Kiss el viernes, pero entrar era imposible, ya que — al menos en la sección general —, no había paso. No obstante y aunque la desesperación estaba algo descontrolada por conseguir un lugar decente, no la pasamos tan mal. El inicio de la presentación de Kiss maravilló a todos y nos hizo olvidar toda adversidad vivida en esos momentos, recalcando su grandeza en vivo. Hay que reconocer que el gran trabajo que Gene Simmons y compañía han hecho a lo largo de los años se agradece y esa noche, el público nunca se los reprochó, por el contrario, vivieron al máximo lo que sería su última velada en nuestro país.  En cuanto al sábado y con lo que respecta a la actuación de Dead Kennedys —sin Jello Biafra—, tenemos que reconocer que todos los amantes de la vieja escuela del punk que nos encontrábamos ahí, enloquecimos por completo. Vaya, hasta les perdonamos ese desliz a una de las canciones de Taylor Swift que se aventaron.

Pero sin duda —y a quien le damos la corona— es al gran Vincent Damon Furnier, mejor conocido como Alice Cooper, cerrando el festival como los verdaderos grandes. Nunca entendimos por qué muchos no se quedaron sabiendo el gran monstruo que representa para la música a sus 71 años de edad, dándonos en la madre con un magnífico show teatral y monstrándonos tanto su endemoniada voz como sus increíbles sacos y chalecos que lucía. Mención honorífica a la guitarrista Nita Strauss, una bellísima mujer rubia que seguramente hizo suspirar a más de uno, aventándose un impresionante solo después de “Woman of Mass Distraction”, tapando así la boca a quienes dudaban de su talento. El cierre con su ya clásica “School’s Out” intercalada con un fragmento de “Another Brick in the Wall” de Pink Floyd sirvió para que se cambiara de blanco y mostrar la camiseta de la selección mexicana que portaba junto con un sombrero de copa, no sin antes decir que volvería pronto.+